Para muchos fieles, la visita a un santuario es una ocasión propicia, con frecuencia provocada, para acercarse al sacramento de la Penitencia. Por lo tanto, es preciso que prestemos atención a los distintos elementos que contribuyen a un buen desarrollo del sacramento.

  • El lugar celebración es el tradicional confesionario, dispuesto en el santuario. Se puede disponer de otro espacio donde se ofrezca al penitente la escucha de la Palabra de Dios y un dialogo sosegado.
  • Es importante la preparación al sacramento con la oración personal y el examen de conciencia, orientando el corazón a Dios con una sincera conversión. A veces se facilitan hojas litúrgicas que ayudan al fiel
  • La forma que ordinariamente realizamos es la confesión y absolución individual a cada penitente. Excepcionalmente, cuando se celebra solo el sacramento de la penitencia, sin la Misa posterior, se realiza una preparación adecuada (forma segunda del ritual), lo que se llama una celebración comunitaria de la penitencia con confesión y absolución individual.
  • Después de la confesión y absolución se continua en oración personal, experimentando y sintiendo el amor de Dios que se ha hecho presente en cada fiel, y preparando o realizando la penitencia, como expresión concreta de conversión o cambio de vida que se quiere realizar.

El año Jubilar es una ocasión propicia para poner la mirada en el corazón de Jesús roto en la cruz y abierto a la acogida y el perdón a cada fiel, a cada persona. Es una manera de renacer de nuevo. Diría Jesús a Nicodemo: “Es necesario nacer de nuevo, Nicodemo”; y a la mujer samaritana: “Nadie te ha condenado mujer, yo tampoco te condeno. Vete y en adelante no peques más”.

El sacramento de la penitencia es un elemento indispensable, (según la Bula del Año Jubilar), juntamente con la Comunión Eucarística, el sentirse miembro de la Iglesia, a través de la oración por el Papa, y las obras de caridad, para ganar el Jubileo y la indulgencia plenaria. 

Todos los días que celebramos la Eucaristía, un rato antes, estamos dos sacerdotes para tender el sacramento de la Penitencia, o en su caso la escucha y el dialogo personal con el peregrino.

Ramón Sánchez,

Rector del Santuario