Visitar el Camarín

Durante ocho siglos han sido miles y miles los peregrinos que han pisado el lugar donde se encuentra la imagen de Ntra. Sra. de Cortes. La primera Ermita sería del siglo doce o trece. Fue a partir de los siglos quince y dieciséis cuando el santuario de Cortes empieza a desarrollarse en estructuras y sobre todo en peregrinos con caravanas de gentes de la sierra y de la mancha, llegando a su máximo desarrollo en el siglo dieciocho. Fue en el siglo veinte cuando el santuario adquiere la forma esplendorosa que ahora conocemos y, ha sido en el siglo veintiuno cuando más afluencia de peregrinos han llegado, de manera particular en el año jubilar que se clausuró recientemente.

Muchos peregrinos vienen andando; otros en bicicleta, en autobús, en automóviles; algunos andando descalzos… son pies cansados de recorrer por áridos caminos, pies que traen el cansancio de los avatares de cada día con espinas y rozaduras, y que buscan el agua fresca de cortes que lava, que limpia, que alivia…

Al entrar en el Santuario lo primero que hacen los peregrinos es mirarla a ella, cuya imagen se ha sentido mirada durante ochocientos años y, ¿a ella como nos la presenta la fe de la Iglesia y la tradición popular? Si miramos su camarín o lugar donde se encuentra entronizada, descubrimos que Ella es, como la torre de David que protege y da confianza; como la fuente de la gracia que limpia el polvo del camino; como la luna que alumbra las noches oscuras; como la estrella que guía al amanecer; como el sol de la vida cotidiana que da calor y luz a la vida… como el arca de la alianza entre Dios y su pueblo.

Contemplar esta hermosura de vida reflejada en una mujer, a través de la imagen de la Virgen de Cortes, es la mayor dicha y el mayor gozo que el peregrino se puede llevar en el corazón.

Horario de visitas

Domingos después de la misa de 11.30h

Localización

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Camarín de la Virgen